Cómo continuar con tu novela. (2.Planteamiento.)


 El Planteamiento de una novela es el periodo de la historia que termina con la aparición del conflicto. Que no es lo mismo que el principio del relato, ya que este puede aparecer en el nudo (in medias res) o en el desenlace (in extremis).

El planteamiento es el espacio adecuado para presentar la historia y para mostrar al lector qué clase de narración tiene entre las manos. Por eso, lo mejor que podemos hacer en el planteamiento es:

- Presentar al protagonista (o a alguno de los personajes principales) ya que esto le permitirá al lector identificar a quién va a seguir a lo largo de la narración.

- Establecer una atmosfera adecuada con el género del relato y anticiparemos el tema, ya sea mediante el tono, la actitud de los personajes, o cualquier otra estrategia.

- Dejaremos claro cuando transcurren los hechos. ya que al situar la época desde el arranque permite al lector ubicarse mejor y empezar a moldear en su mente la historia que se está desarrollando ante sus ojos.

- También diremos donde ocurren los hechos, para que el lector se sitúe y luego pueda centrar todo su interés en el conflicto.

- Y por último, y mas importante del planteamiento; una vez presentado el personaje principal, su mundo, y su vida cotidiana; debemos presentar el desencadenante: el hecho que trastoca su rutina. 

La rutina del personaje en el planteamiento no tiene porque ser una existencia placentera, pero si una vida sin cambios. Y después de mostrar su equilibrio no nos tenemos que demorar mas en descripciones del paisaje y el entorno, ya que podemos aburrir a los lectores. Pero...

¿Qué es el desencadenante en una novela?

El desencadenante es un acontecimiento inesperado que lanza al personaje al conflicto. Nunca es consecuencia de la voluntad o decisión del personaje; si no que es un acontecimiento que le sobreviene y rompe con su vida cotidiana, todo lo que conocemos de él hasta el momento.

Conocemos al personaje y el mundo que le rodea. También sus temores y deseos que son los que introduciremos en el conflicto, por eso ya hemos detectado el conflicto al que vamos a enfrentarlo. Pero ¿Quién quiere meterse en conflicto? Nadie. Porque nadie quiere entrar en una lucha interna o externa, todos evitamos problemas. Por lo que , para establecer el desencadenante, hemos de presentar un suceso imprevisto que rompa con la estabilidad del personaje.

En la narrativa, rigen las relaciones causa-efecto, por lo que si el personaje se enfrenta a un conflicto sin desencadenante; es decir, el solo toma la decisión sin motivos que justifiquen tales actitudes, el personaje pierde solidez, ya que el lector se preguntará "¿A qué vienen esto?", porque la decisión es abrupta y no está fundamentada, lo que restará caracterización del protagonista.

No hay momento clave para narrar el desencadenante, pero es recomendable que sea cuanto antes, porque es cuando empieza la historia. El mejor momento es cuando el lector conoce y comprende la reacción del personaje cuando aparece el desencadenante.

Cuando hayamos proporcionado tal información, será el momento de introducir el desencadenante. Y este hecho hará que la acción arranque, pero también marcará la dirección del relato. A partir de aquí el personaje tendrá que desarrollar el conflicto. Antes de narrar el desencadenante, los lectores deben conocer cual es el rasgo mas importante del personaje, y ese rasgo, después del desencadenante será puesto en entredicho en el conflicto.

EL CONFLICTO NARRATIVO

El conflicto es el resultado de una lucha entre dos rivales. Por una parte el personaje con sus deseos y objetivos, y por otro la oposición que le impide alcanzarlos.

Así, la historia de un personaje empieza cuando su vida se altera; cuando su situación platea una crisis. Y el trabajo del escritor es empujar a nuestros personajes a esta crisis.

PERSONAJE+OBJETIVO+OPOSICIÓN=CONFLICTO

tanto el personaje como la oposición tienen que estar dotados de fuerzas equivalentes.

El conflicto ha de ser capital para el personaje. Por mucha espectacularidad que tenga el conflicto, solo la importancia que tenga para el personaje, la tendrá para el lector.

Un personaje sin dilemas, dudas, ni amenazas puede resultar poco humano, y es posible que para los lectores carezca de hondura si no tiene que afrontar dificultades.

Plantear un conflicto sólido contribuye a la concepción de una historia intensa y propicia la construcción de personajes ricos y complejos.

El conflicto ha de estar vinculado con el personaje, con su carácter y con su biografía. La clave es determinar que es lo mas importante para el personaje. Quitémoselo y que luche por recuperarlo. De otro modo: el vanidoso tendrá que enfrentarse a su vanidad, el mentiroso a su mentira, el miedoso a su miedo, etc...

Conflicto externo

Consiste en que en la historia haya  acción y tensión .Dos elementos que cautivan alos lectores. Podemos sostenes nuestra narración solo con un conflicto externo siempre que sea un relato e aventuras y se centre en ello. Por ejemplo, nuestros personajes tienen como objetivo entregar a un forajido y ganar una recompensa; habrá enfrentamientos, batallas, persecuciones, disparos, etc..., hasta que de den con él. Y una vez lo tengan tendran que entregarlo. Volvemos a la acción, con problemas, trampas, muertes...

Pero si queremos que nuestros personajes sean interesantes tendremos que sumergirnos en sus psicologias y establecer, además del conflicto externo, otro conflicto: el interno.

Conflicto interno

la lucha del personaje tiiene lugar en su mente. No hay ningún enemigo al que derrotar, sino el mismo: sus principios, temores, obstáculos, frustraciones, deseos...

Podemos sostener nuestra narración con un conflicto interno siempre que nuestra historia sea estática.

Pero esto puede ser una amenaza para el lector, puesto que si no ocurre nada; el personaj no toma decisiones; no hay cambios en su vida; la acción se detiene y el letor puede aburrirse. Para evitar esto, tendremos que crear un conflicto externo.

Desarrollo del conflicto

Si solo tenemos un conflicto externo, nuestros personajes pueden parecer poco interesantes. Y si solo tenemos un conflicto interno, nuestro  relato puede parecer estático y el lector puede perder el interés. Para que esto no ocurra tendremos que presentar dos conflictos; uno externo, para que se desarrolle la acción; otro interno que debe ir creciendo a medida que el conflicto externo no para. los dos conflictos deben retroalimenarse el uno al otro en el desarrollo del nudo e ir creciendo junto con la oposición de los dos. El conflicto crece con los obstáculos entre el personaje y su objetivo; primero con los más fáciles y después con otros más complicados, hasta que finalmente con el peor de los obstáculos. Del cual dependerá su victoria o fracaso. Los personajes se tendrán que ver atrapados y rodeados para que tomen decisiones que de otra forma no tomarían´.

Hemos de tener claro que en la narrativa rige la causa. Por lo que los personajes solo tomaran decisiones desesperadas y medidas drásticas si se ven obligados a ello. Y para que estas decisiones, medidas, y acciones que toma el personaje resulten creíbles, el personaje tendrá que ir evolucionando poco a poco. Esto se consigue colocándolo contra las cuerdas.

Al principio del relato el personaje está en equilibrio (un equilibrio no necesariamente placido) y le asalta el conflicto. Intentará resolverlo con la solución ma sencilla, pero no resultará. Imaginará nuevas resoluciones que tampoco resultarán. Agotará todas sus opciones hasta que finalmente: tendrá que tomar su última y definitiva solución.

Para desarrollar el conflicto hemos de tener claro oto factor: la calma.

Hay que combinar los momentos tensos de la narración con otros que otorgen descanso, tanto para los personajes como para los lectores. 

(Toda tormenta llega con mas fuerza si se produce tras la tranquilidad). Así después de ese respiro, el conflicto volverá con más fuerza.

La oposición

Siempre debe haber una oposición que sse resista a sus deseos, puede tomar diferentes caras. Por ejemplo: 

- La sociedad.

- l a naturaleza (Ejem: un león)

-  Fuerzas maravillosas (Ejem: fantasmas).

- El mismo personaje (Ejem: la culpa)

- Otro personaje: antagonista.









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